MALTRATADORES… SUPUESTOS

Si las ocurrencias de un hombre despechado, que reivindica el «amor» de su ex-novia a golpe de empapelar el pueblo con la esquela propia, es digna de aparecer en un periódico, entonces yo soy una lerda (que puedo serlo independientemente de mi incomprensión sobre este tema).

Un hombre de 22 años que es capaz de  cometer tal acto, que para mí sin duda es maltrato psicológico (hasta en la puerta de la casa de la chica de 17 años la puso), no es normal;  pero menos normal me parece que El Correo Gallego lo cuente como una «anécdota» con foto del susodicho portando su «trofeo», porque este tipo de comportamientos intolerables contra las mujeres no hace falta alguna alentarlos y, ya se sabe, que existe cierta tendencia a la imitación.

No sé si alguien debería actuar de oficio, pero desde luego no es de recibo darle un «minuto de gloria» a semejante  supuesto descerebrado (con perdón). La notoriedad inmerecida de gentes como este hombre se la debemos a medios de comunicación supuestamente igual de maltratadores.

La venganza es siempre venganza aunque se disfrace de amor.

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