Nada me hace más gracias que l@s que alzan la bandera de la tolerancia cuando lo que realmente hacen es justo lo contrario: solicitar que se sea intolerante. Me explico, con el lema “prohibido prohibir” l@s Fumadores para la tolerancia han recogido quinietas mil firmas para presentar en el Congreso e frenar la aprobación de la ley que impide fumar en todos los lugares públicos (excepto la vía pública). Me sorprende que en su página web digan que:
Me reconocerán que mucha tolerancia y mucho respeto no hay en el hecho de obligar a l@s demás a inhalar elementos malsanos; y mucha libertad recíproca tampoco porque recordemos que desde siempre ell@s tienen preferencia en los lugares públicos (cafeterías, pubs, restaurantes, etc.) y jamás se han preocupado si una neblina londinense cubría las cabezas de sus vecin@s no fumadores/as.
Me pregunto de qué modo no fumando daño o molesto a est@s señoras/es, y ahora démosle la vuelta ¿su afición al tabaco y sus humos me causan a mí molestia y daño? ¿Existe entonces ese respeto en algún lado?
Aplicando este sencillo criterio en el lugar en el que, fumadores y no fumadores, vamos a comer o a tomarnos un café, ¿qué es más normal que ell@s salgan a echarse el pitillo a la puerta o que a mí se me atragante el café con su humo?
Está muy bien eso de “prohibido prohibir“, pero al final son ell@s los que quieren obligarnos a l@s demás a comernos el humo que, demostrado científicamente, contiene múltiples elementos perjudiciales para la salud, son ell@s los que quieren prohibir a l@s no fumadores tomarse un café, por no salir a la puerta a fumarse un cigarrillo.
Y lo que es peor, para respaldar su solicitud utilizan comparaciones que más les valiera callarse, porque afirmar que se han recogido más firmas por este tema: “más incluso que en defensa del juez Garzón o en contra de la ley del aborto“, a mi me parece una obscenidad y una frivolidad.
Entiendo, que quieras fumar y que estés en tu derecho, pero no entiendo que quieras hacerlo a costa de mi derecho a respirar un aire limpio.
Y ahora vendrá alguien y me dirá que para eso hay bares con zona de no fumadores, y eso es una justificación no válida por dos razones:
- Puede que en las grandes ciudades existan muchos de estos establecimientos, pero en los pueblos los bares no tienen el tamaño suficiente para disponer de tales espacios.
- Al no estar herméticamente cerrados (como es lógico) y tener el mismo acceso, la contaminación por humo, no es la misma, pero existe.
Creo yo que a nadie le cuesta tanto trabajo salirse un momento a la calle para fumarse un pitillo porque la convivencia consiste en reconocer que molestas y que el hecho de fumar conlleva una serie de daños para los que están a tu lado y que han optado libremente a no echarse al pecho una nube de humo.
Porque por esta regla de tres una persona al borde del coma etílico puede conducir un coche sin ningún problema y entonces ¿qué les parecería a ustedes compartir carretera con ella?